La España de las 2 dimensiones...

Parece que por fin puedo volver a publicar algo en mi blog, aprovechemos mientras podamos.

 

Dicen que nos acabamos acostumbrando a todo, al dolor, al hambre, a la soledad, al conformismo y tantas otras cosas que son una novedad al principio de nuestras vidas y con el tiempo acaban convertidas en mera rutina cotidiana de todos los días.

 

La crisis que algunos dicen que ha terminado, algo que repiten como un mantra, ha dejado miles de pobres, parados, mendigos y millonarios. Y lo peor de todo es que hemos llegado a acostumbrarnos y aceptar la situación que esto ha generado, aceptamos la presencia de los mendigos como algo que forma parte del paisaje urbano, como un elemento que siempre ha estado ahí junto a la basura y el mobiliario urbano. Si nos piden algo miramos para otro lado o mantenemos la mirada al frente como si fuéramos soldados en un desfile. Hemos conseguido que esas personas sean invisibles o que no formen parte de nuestra realidad, que sean espectros o espíritus intangibles, ánimas errantes que acabarán disolviéndose por la erosión del viento.

 

 

Desde mi ventana veo como cada más gente mira en los 2 contenedores de basura buscando algo que comer o poder vender en el rastro el domingo ¿y saben qué? la gente que esta al rededor ni mira ni repara en este hecho. La gente que ha conseguido mantener su trabajo en esta sangría de despidos vive como si no hubiera pasado nada ( con los recortes y sacrificios que tuviera que hacer pero como si nada) bromea con el vecino, pasea al perro y discute del partido de futbol del fin de semana pasado, incluso ya ha vuelto al bar, intenta volver a la vida normal mostrándose ante los demás como un superviviente del holocausto que hemos sufrido y nos ha dejado un 34% de paro y un 65% de pobres.

 

Recuerdo cuando leí la novela de Oliver Twist y me indignaba lo mezquino, avaricioso e inhumano de muchos personajes de la historia. Hoy con preocupación veo la novela reflejada en el mundo que vivo, no hay carruajes ni vestidos de época victoriana, pero la misma miseria, suciedad y hambruna de la novela me abofetea el rostro.

 

De entre las personas que viven en esta otra España, destacan los políticos, los banqueros, los grandes empresarios, los ricos, gente que ha seguido viviendo a todo tren, que incluso se han hecho más ricos. Durante este periodo se ha disparado la venta de coches de alta gama, las fiestas de sociedad pomposas, nos muestran en TV como son sus lujosas casas o los problemas de tiempo para atender sus múltiples compromisos sociales.

 

Siempre he oído que lo que evita los estallidos sociales no es un efectivo órgano represivo sino una abundante clase media que hace menos visible las diferencias sociales y en estos momentos lo existe son 2 realidades una masa que lo ha perdido casi todo y no ve salida a la crisis y otro grupo que dice que las cosas mejoran (para ellos) y no es consciente o simplemente ignora la situación del otro grupo porque le incomoda su existencia. Pronto llegará el momento en que los hambrientos serán legión y al no tener nada que perder salgan para cambiar las cosas y cuando pase ni todos los antidisturbios del País podrán detenerlos...