Los peligros de la RE extinción

Que los dinosaurios se extinguieron es algo que no se le escapa a nadie, quizás un meteorito o una glaciación brutal ayudo a acabar con ellos, digo ayudo porque estaban condenados a muerte por sus enormes necesidades para existir, ya fueran grandes cantidades de carne para los carnívoros o grandes cantidades de plantas para los hervioros. De esta criba sobrevivieron los pequeños mamíferos que sobrevivieron con poco.

A estas alturas de la puñetera y mil veces maldita crisis el estado y la administración siguen siendo como un enorme dinosaurio con un apetito voraz para seguir manteniendo su funcionamiento. Los recortes en su tamaño han sido un chiste.

La administración en general lo que ha hecho ha sido gravar más tributos sobre los hombros de los sufridos ciudadanos, cosas como, una subida brutal del IBI, inventarse nuevos impuestos como la ITV de edificios y el certificado de eficiencia energética qué sólo beneficia a estado y al gremio de arquitectos y aparejadores, subida del IVA, mayor carga fiscal del IRPF, recortes en sanidad, educación y otros tantos asaltos a los bolsillos vacíos del pueblo. El estado se ha convertido en un yonky que para evitar el mono no dudará en apuñalarte a cambio de dinero para su dosis diaria.

Persigue a los agricultores que plantan algo con su familia y no están dados de alta en la seguridad social, persigue a las personas que en las grandes superficies compran material de construcción por si están haciendo algún arreglo en casa sin licencia ni dados de alta, vigila el consumo de corriente para buscar posibles talleres clandestinos, confisca y multa a vendedores ambulantes por no tener los permisos pertinentes, exige a la policía y guardia civil que aumenten el número de multas para recaudar más, multan al ciudadano por las cosas más tontas y sumas de dinero desproporcionadas.

En España pagamos mucho a cambio de muy poco y eso es debido al exagerado gasto de la administración y lo más peligroso es la deuda pública, es decir, aparte de lo que el estado nos esquilma, necesita más y se endeuda con créditos que pagaremos los esquilmados y que ya supera el producto interior bruto, es decir, el dinero que genera nuestro país.

Este dinosaurio estatal no se va a extinguir sin llevarse antes por delante a todos nosotros, cuando los mercados ya no estén dispuestos a dar más crédito a deuda pública por ver difícil su cobro y porque esta ya tendrá un tamaño in asumible, entonces llegará la bancarrota y la suspensión de pagos.

¿Se puede poner a dieta este obeso reptil estatal? Si, tenemos cosas inútiles como el Senado, las abusivas dietas de sus señorías, las duplicidades entre competencias de estado comunidades autónomas, ingentes ejércitos de asesores y organismos que no sirven para nada, coches oficiales, edificios, instalaciones, empresas públicas que hacen competencia desleal con las privadas, impuestos de chiste para las grandes fortunas con respecto a la carga fiscal media del ciudadano, una población de funcionarios gigantesca para la población que tenemos y mal distribuida en sus ocupaciones y funciones, en definitiva puede hacer un sin fin de cosas para disminuir su necesidad de dinero para poder existir.

¿lo hará? Lo dudo esto llevaría a una re conversión total del estado y es un esfuerzo que ningún gobierno tiene el valor de asumir, es más fácil apretar las clavijas a una población asombrosa mente sumisa y resignada a ser expoliada por un estado inhumano que quiere seguir manteniendo su sta tus quo al precio que sea, la casta que anida en el estado no va a recortar sus privilegios ni tren de vida mientras tenga a unos paganinis a los que seguir estrujando para que suelten el último euro que tengan.

¿y si no se quiere poner a dieta que podemos hacer? El cerebro del estado es el gobierno, es el que empieza a mover los engranajes para un cambio, por tanto es ahí donde debemos empezar el cambio, ya hemos visto que los gobiernos tradicionales de nuestra democracia sólo conocen la dieta del cucurucho, cobrar mucho y gastar más por ello deberíamos buscar alternativas en otros partidos que busquen una dieta que no nos lleve a la extinción.